El lector que se aproxime al libro del Profesor Óscar Celador Angón, que tengo el placer de reseñar en estas líneas, descubrirá cómo su investigación responde, en buena medida, a esa máxima ligada al fenómeno de la globalización que se resume en el conocido: “Think global, act local”.
El estudio nos sitúa ante la relevancia que tiene la actuación jurídica de las entidades locales (act local) en un derecho humano fundamental e internacionalmente reconocido como es la libertad de pensamiento, conciencia y religión (think global). La estructura diseñada por el autor, para aproximarse a esta temática multifacética, conduce al lector a través de cinco capítulos por las cuestiones jurídicas más relevantes de la acción de los poderes públicos locales sobre la referida libertad.
El primero de los capítulos contextualiza y enmarca el estudio. El autor realiza una toma de posición que trasciende la formulación constitucional del derecho de libertad religiosa en España y opta por hacer referencia a la tríada mencionada en los textos internacionales de ámbito universal y europeo en materia de derechos humanos. Se refiere así a la libertad de pensamiento, conciencia y religión. Una mención omnicomprensiva de un derecho que es libertad y que, por lo que respecta al tema objeto de análisis, se encuentra fuertemente condicionado, en la acción de los poderes públicos, en general, y en la de los poderes locales, en particular, por los principios constitucionales de laicidad y cooperación que son objeto también de análisis en el primer capítulo de la obra.
El marco constitucional, analizado por el autor a modo de introducción en el primer capítulo del libro, se detiene también en el examen del derecho de reunión y manifestación que va a tener un papel importante en el ejercicio de la libertad religiosa en el ámbito local y, asimismo, en el estudio de las competencias municipales que afectan a dicha libertad, teniendo en cuenta, no obstante, los límites competenciales al respecto.
Una vez centrado el estudio, el Profesor Celador se adentra en los cuatro apartados temáticos neurálgicos de la obra en los que examina los ámbitos fundamentales de incidencia de la acción de las entidades locales en la libertad de pensamiento, conciencia y religión. El primero de ellos ha dado lugar a una gran casuística y a buen número de estudios doctrinales. Los símbolos religiosos e ideológicos, personales y estáticos, han sido objeto de diversos supuestos que han tenido que ser resueltos por los tribunales y el autor los examina, desde el pragmatismo del estudio del caso, que entronca, además, en lo tocante a los símbolos personales, con otros derechos como el derecho a la propia imagen o al desarrollo de la personalidad. La práctica del nudismo, el uso del velo islámico o la conflictividad de los símbolos presentes en banderas y escudos son objeto de controversia en los distintos casos que el autor utiliza como vehículo para desarrollar su análisis y reflexión.
El tercer capítulo aborda una cuestión que ha dado lugar, recientemente, a un nuevo acuerdo entre el Estado español y la Iglesia Católica y que el autor ya detecta en la obra como una cuestión a revisar. Nos referimos a la capacidad impositiva de los ayuntamientos sobre las entidades religiosas, en concreto, mediante el Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras. Un impuesto que ha llegado a ser objeto de una cuestión prejudicial ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea y que el autor analiza con riguroso detalle.
Probablemente, uno de los ámbitos de mayor incidencia de la acción de las entidades locales sobre la libertad religiosa sea la cuestión relativa a la posibilidad de establecer lugares de culto. La dimensión colectiva de dicha libertad requiere de un lugar donde llevar a cabo los rituales propios de su manifestación externa y las decisiones de las entidades locales resultan fundamentales, en este sentido, dado el importante nivel de autonomía del que disfrutan para la ordenación urbanística de su territorio. Los ayuntamientos pueden firmar convenios con las entidades religiosas cuando tienen dificultades para acceder a suelo o a locales en los que establecer sus lugares de culto. No son pocos los supuestos en los que los tribunales han tenido que pronunciarse sobre cuestiones relativas a licencias de primera ocupación o al cambio de uso de locales utilizados por las entidades religiosas como lugar de culto. Y, de ellos, da buena cuenta el autor en el libro. Pero también, en este ámbito, el Profesor Celador hace una referencia especial a otra cuestión que compete a las entidades locales y que reviste gran importancia para las entidades religiosas como es la necesidad de disponer de parcelas o de espacios adecuados para los enterramientos en los cementerios municipales con el objeto de poder observar sus prescripciones y ritos funerarios.
La obra culmina dedicando el quinto capítulo a un aspecto claramente definidor de una buena parte de la acción de las entidades religiosas en el ámbito local y que, por consiguiente, es objeto de cooperación con los entes públicos locales. Se trata de la participación de las entidades religiosas en la prestación de servicios sociales en los diferentes ayuntamientos. Una práctica ligada a la dimensión asistencial de las entidades religiosas y que se inserta en la acción del denominado tercer sector. Dicha actividad se desarrolla, de manera destacada debido a la necesidad de la proximidad, en el ámbito local. Y ello explica que sean las Comunidades Autónomas de Madrid y Cataluña y los Ayuntamientos de Barcelona y Madrid los que centran, en este aspecto, el análisis que nos ofrece el Profesor Celador.
Cabe añadir, para finalizar esta reseña, que estamos, sin duda, ante una obra de investigación científica rigurosa, de amena lectura, bien estructurada y que, fundamentalmente a través de la casuística, va conduciendo al lector por los temas más relevantes que afectan al ejercicio del derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión en el ámbito local.
