DÍAZ-MAS, Paloma (2023), Breve Historia de los Judíos en España, Madrid, Catarata

Por Amparo Alba Cecilia
Catedrática del Área de Estudios Hebreos y Arameos de la Facultad de Filología de la Universidad Complutense de Madrid

DÍAZ-MAS, Paloma (2023), Breve Historia de los Judíos en España, Madrid, Catarata
14 de Mayo de 2024

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Paloma Díaz-Mas, filóloga especializada en literatura sefardí y Académica de la RAE, es autora de esta obra cuyo objetivo es, en palabras suyas, el de “cubrir un vacío” dentro de los estudios históricos y culturales del judaísmo con una obra que ofrezca “una panorámica sintética y de conjunto al alcance de cualquier lector interesado” (p. 10).

No pretende la autora añadir un volumen más a la ya amplia bibliografía especializada en historia y literatura de los judíos en la España antigua y medieval sino que, siguiendo la estela de la obra de Joseph Perez “Los judíos en España”, Díaz-Más elabora, de forma concisa, una obra que supera los límites fijados por la expulsión de 1492 y aborda la situación de los judíos en España en los siglos siguientes, especialmente desde la segunda mitad del siglo XIX –con nuevas actitudes políticas y culturales propicias a la derogación del decreto de expulsión y a la normalización de la presencia judía en España– hasta llegar a la aprobación en 2015 de la “Ley en materia de concesión de la nacionalidad española a los sefardíes originarios de España” (p. 186).

El libro presenta cronológicamente los principales hitos y protagonistas que han jalonado la historia de los judíos en España, desde sus primeros asentamientos, que siguen proporcionando una visión indefinida entre la leyenda y la historia, y las sucesivas etapas socioculturales en las que se desarrolló esta minoría religiosa –esta “microsociedad” como la denominó Luis Suárez–, en medio de las dos grandes fuerzas políticas medievales en territorio hispano, la musulmana y la cristiana, hasta llegar al decreto de expulsión de los reinos de Castilla y Aragón.

En este punto, con el que la mayor parte de los libros que tratan del judaísmo hispano terminan, es donde Díaz-Más inicia el estudio de una nueva etapa protagonizada por los judíos sefardíes: su diáspora y asentamiento por distintos países del mundo, su desarrollo cultural y el interés entre la clase política y cultural de la España del siglo XIX por afrontar la cuestión judía, que evolucionaría años más tarde en una sucesiva normalización legislativa y en el establecimiento de las primeras comunidades judías en España.

El libro, que cumple su objetivo de ser “un libro corto” (p. 11), de poco más de 200 páginas, está dividido en dos partes de extensión semejante y cinco capítulos: la primera parte (capítulos 1 a 3) abarca desde los inicios arqueológicos que prueban la presencia de judíos en la Península hasta su expulsión en 1492; la segunda parte (capítulos 4 a 5) comienza con la Diáspora sefardí y llega hasta nuestros días.

En el capítulo 1 (pp. 13-25) la autora repasa los primeros testimonios de asentamientos judíos en la península, ya sean de tipo arqueológico o legendario. Entre estos últimos, menciona los que, basándose en interpretaciones de textos bíblicos, como el primer libro de los Reyes (10,22), remontan la presencia judía a las expediciones navales a Tarsis (identificada con Tartesos) emprendidas por el rey Salomón, o a la época del cautiverio babilónico, interpretando el topónimo Sefarad que aparece mencionado en la profecía de Abdías (1,20) como “el lugar de los deportados de Jerusalén”. Aunque desde el punto de vista histórico se podría confirmar la presencia judía en la Hispania romana desde el siglo I de nuestra era y probablemente antes, no hay restos materiales anteriores a los siglos III o IV: la lápida de una niña judía – Annia o Iunnia- hallada en la ciudad de Adra y datada en el siglo III, y las actas de los concilios de Elvira y de Toledo, primeros documentos escritos que regulan las relaciones entre las comunidades religiosas cristianas y judías en época romana y visigoda.

El capítulo 2 (pp. 27-49) está dedicado a la historia de los judíos en Al-Andalus; tras una introducción sobre los orígenes de Al Andalus y la inserción de los judíos en sus territorios durante los siglos VIII y IX, repasa las épocas de esplendor del judaísmo bajo el dominio islámico, deteniéndose en algunas de sus figuras más importantes tanto desde el punto de vista político (Hasday Ibn Saprut o Semuel Ibn Nagrela) como cultural (Dunás ben Labrat o Maimónides). La conquista de Granada el 2 de enero de 1492 pone fin a este capítulo.

El capítulo 3 (pp. 51-102) repasa la historia de los judíos en los reinos cristianos cuya presencia, documentada desde el siglo IX en fueros y disposiciones legislativas, se fue incrementando en los siglos siguientes, así como sus actividades en distintos sectores de la vida económica y política, tales como la artesanía, el comercio, las finanzas o la administración; los judíos contribuían con sus impuestos al sostenimiento de la realeza, que a cambio, les permitía la práctica de su religión y la autonomía de sus instituciones administrativas. Los aspectos más significativos de su vida social y religiosa están expuestos de forma clara y concisa en el apartado correspondiente (pp. 58 a 66). El siglo XIII, que comienza de manera propicia para los judíos con su activa participación en las iniciativas culturales de Alfonso X, empieza a dar las primeras señales de peligro en su segunda mitad, con conversiones de rabinos y figuras relevantes del judaísmo que engrosarán las filas de predicadores cristianos en los debates religiosos, como el de Barcelona en 1263. En el siglo XIV acontecimientos de distinto tipo, como la peste negra, la guerra civil entre Pedro I y Enrique de Trastámara o las matanzas de 1391 promovidas por el arcediano de Écija, fomentaron un antijudaísmo generalizado que esquilmó a las comunidades judías hispanas medievales. El siglo XV comienza, para los judíos, con conversiones masivas en el entorno de la disputa de Tortosa (1413) y para los conversos, con nuevas leyes que limitan su acceso a cargos públicos, como los estatutos de limpieza de sangre que la Inquisición castellana impuso a estos nuevos cristianos desde 1482. La época de los Reyes Católicos, la implantación de la nueva Inquisición bajo su reinado y supervisión, el decreto de expulsión de los judíos de los reinos de Castilla y Aragón y los aspectos económicos derivados de él, ponen fin a este capítulo en el que los aspectos culturales o literarios del judaísmo son, hasta cierto punto, solapados por los acontecimientos socio-históricos.

En estos tres capítulos, los judíos se perciben como una parte integrante de la sociedad del momento, en cuya vida económica y cultural participan activamente, y a cuyos vaivenes y avatares están expuestos en razón de su singularidad religiosa, que los convierte en ocasiones en el chivo expiatorio ideal sobre el que cargar todas las frustraciones de sus vecinos musulmanes o cristianos.

La segunda parte del libro expone la nueva etapa que se abre a partir de 1492, la de una España sin judíos que intenta, incluso, borrar toda huella de ese pasado común.

El capítulo 4 (pp.103-127) plantea diversos aspectos sobre la diáspora sefardí: la carencia de censos y documentos fidedignos que permitan calcular el número de los judíos expulsados y de los conversos que se quedaron; las distintas rutas de salida que tomaron los expulsos y las peripecias que determinaron sus destinos en Navarra, Portugal, Norte de África, Holanda, Italia o Imperio otomano, que acabó convirtiéndose en el país de referencia para la diáspora sefardí en los siglos sucesivos. Ocupa en este capítulo un lugar destacado la conformación de la propia lengua, el judeoespañol, que tiene como elemento dominante el castellano medieval y como característica gráfica el alfabeto hebreo y el comienzo de publicaciones en esta lengua. También dedica una parte a las dificultades que tuvieron que soportar los conversos que se quedaron en España sobre los que pendía la sombra de la Inquisición, que vigilaba celosamente todo rastro de judaización. Los orígenes de esta institución, sus objetivos y su forma de actuar, así como el desarrollo del proceso, el resultado de los juicios y la terminología relacionada con todo ello, se describen con claridad y precisión en el último epígrafe.

En el capítulo 5 (pp. 129-187), tras pasar rápidamente por el devenir de los judíos entre los siglos XVI al XIX, se detiene la autora en los debates parlamentarios sobre el regreso de los judíos a España que se dieron a lo largo del siglo XIX, al papel de los sefardíes en la Guerra de África, a la campaña de Ángel Pulido y a la constitución de las primeras comunidades judías en España a comienzos del siglo XX. La actitud “contradictoria y arbitraria” de Franco con respecto a los judíos, es puesta de relieve en una serie de pasos políticos promovidos desde el Estado –como la intervención en favor de los judíos sefardíes durante la Segunda Guerra Mundial o la aprobación de leyes que permitieron la legalización de comunidades judías–, culturales –como la creación del Instituto Benito Arias Montano de Estudios Hebraicos y de Oriente Próximo– y religiosos -como la promoción del diálogo interreligioso con la fundación de la Amistad Judeo-Cristiana y la inauguración de la primera sinagoga de Madrid-.

El último epígrafe aborda la situación judía en España desde la transición hasta nuestros días, con el reconocimiento de la libertad religiosa en el art. 16 de la Constitución y sus desarrollos posteriores que concluyeron con la aprobación en 2015 de la “Ley en materia de concesión de la nacionalidad española a los sefardíes originarios de España”, gracias a la cual muchos judíos de origen sefardí pudieron obtener la nacionalidad española y cerrar así, definitivamente, un periodo de varios siglos de extranjería, en los que, no obstante, han mantenido vivo el recuerdo de España.

Esta segunda parte es, en mi opinión, la que marca una diferencia cualitativa con respecto a otras obras de historia judía, por su originalidad, variedad temática y actualidad.

Cumpliendo con su objetivo de presentar una síntesis histórica de carácter divulgativo dirigido a un público interesado, pero no especialista, ha prescindido la autora de notas que podrían distraer del hilo narrativo. Esta posible carencia se compensa con tres apéndices al final del libro: una útil Cronología para quien quiera situar con exactitud los principales acontecimientos históricos, un Índice Onomástico de lugares y personas citados y una Bibliografía Recomendada en la que ofrece una muestra suficiente de obras en español, que en los últimos tiempos se han ocupado de la historia política y social de los judíos en España, especialmente, del judaísmo sefardí y contemporáneo.

En conclusión, creo que el libro cumple de sobra con los objetivos que la autora se había propuesto ofreciendo una presentación de la historia de los judíos, breve pero completa y de muy agradable lectura por su gran calidad literaria.

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